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viernes, 21 de junio de 2013

CAMPEONES

Todo o nada. El pugilista sube al cuadrilátero sabiendo que podría ser su última pelea. Se juega mucho más que el cinturón, que ahora es apenas un símbolo de su consagración como campeón del mundo. Se juega la reputación, su vida, el futuro. Sabe que tiene que subir a pegar, y volver a pegar.

No puede escatimar esfuerzos a la hora de golpear. Es que, por si no lo sabían, el campeón no está jugando. Un knock out (K.O) en este momento de su carrera, lo dejaría mucho más abajo que en la lona. Lo empujaría al olvido. Faltan veinte segundos para que suene la campana. El boxeador está en su punto sin retorno. No puede perder. 

El goleador respira. Una multitud grita desaforadamente entre vítores e insultos. El jugador está quieto frente al agazapado arquero. Faltan veinte segundos para patear el penal. En otro momento podría errarlo y sólo sería una anécdota del Fútbol amateur, pero ahora no juega con esa posibilidad. No cuenta con ese lujo. Juega en primera división y en un mundial. No puede fallar, no se puede equivocar, no hay margen de error en las ligas mayores. Los cien mil espectadores parecieran moverse en cámara lenta. El no está jugando un partido.

Esto ya no es un deporte donde lo importante era competir. Se juega un contrato Europeo millonario. Su pase al futuro asegurado. No puede patear mal. Es todo o nada. Lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Si el boxeador cae, se levantará de la lona, pero no del prestigio. Si el jugador no convierte el gol, maldecirá sobre el césped, pero alguien más romperá un contrato sin firmar. 

Salvando las distancias, es la misma presión que sentimos al publicar cada número de nuestra revista. Hace un año comenzamos con el sueño de convertirnos en una alternativa potable para la juventud. Trabajamos duro para lograr una edición única cada vez. Ponemos todo para el mejor público que nos espera ansiosos.

Y unos minutos antes que la revista salga de imprenta, sentimos lo del boxeador. O los segundos previos al penal. A diferencia de los dos ejemplos, no estamos cuidando nuestro prestigio o un contrato millonario, sino algo mucho más importante: la responsabilidad y el compromiso ante Dios de dar lo mejor.

Quisimos jugar en las ligas mayores, y hoy, estamos saliendo en gran parte de Latinoamérica. Eso nos produce un profundo respeto por los miles de lectores y por saber si estamos dando lo mejor. Cuidamos el diseño, las fotos, los informes y cada nota. 

No hay una sola frase al azar. No ponemos rellenos o notas de color. Cada página tiene que tener algo para decir, en lugar de solo decir algo. Seleccionamos sólo lo mejor y escribimos cada nota como nos hubiese gustado que nos hablaran a nosotros.

Salimos a la calle, como si fuese el último número. Donde hay que ponerlo todo. Cada edición es premium, cada número tiene que ser de lujo. El equipo trabaja como si se jugaran un título. Durante más de un mes, están investigando, viendo lo que pega, consiguiendo información, seleccionando los mejores libros, para que a la hora de salir de imprenta, sepamos que lo dimos todo. No sabemos si lo estamos logrando, pero de igual manera, no podemos caer en la lona o errar el penal. 

Esto, es un mundial, y ya dejó de ser un deporte. Es una guerra contra el enemigo, y no una simple lucha de novatos. Gracias, estimado Zelote, por ser un fiel lector y por el incondicional apoyo en cada número. Gracias por la amistad y la confianza. Por las críticas y los halagos. Esta, más que nunca, es una revista para campeones, para los verdaderos campeones de lo eterno. Ah...olvidé decirte que sólo faltan veinte segundos para comenzar a leerla. Que disfrutes el gol.


POR: DANTE GEBEL

sábado, 8 de junio de 2013

SEA USTED MISMO

 

¿Alguna vez se comparó con otra persona? ¿Cómo se sintió?
 
¿Qué es la confianza? Se ha definido como la cualidad de afirmación que lleva a uno a realizar algo; la creencia de que uno es capaz y aceptado; la certeza que hace que uno sea decidido, abierto y llano.

Si usted piensa en cada una de estas tres definiciones, verá como el diablo ataca a quien muestre cierto grado de confianza. Las personas que han sido maltratadas, rechazadas o abandonadas, generalmente no tienen confianza. Esas personas tienen una personalidad vergonzosa, culpable y poseen una imagen muy pobre de sí mismos.

Su meta última es la total destrucción de la persona. La razón es simple:

Un individuo carente de confianza nunca dará un paso para hacer nada edificante en el reino de Dios o perjudicial para el reino de Satanás, y por lo tanto nunca cumplirá el plan de Dios para su vida.
La espera de fracasos + el temor al fracaso = fracaso

Satanás no quiere que usted cumpla el plan de Dios para su vida porque usted es parte de su última derrota. Si él logra hacerle creer que usted es incapaz, entonces usted ni siquiera intentará emprender nada que valga la pena. Aunque haga algún esfuerzo, su temor al fracaso sellará su derrota, lo que debido a la falta de confianza, probablemente usted espere desde el principio. Esto es lo que se conoce como el “síndrome del fracaso”.

No importa cuántos planes maravillosos Dios pueda tener en mente para usted, pero hay una cosa que tiene que saber: La habilidad de Dios para hacer que su voluntad se cumpla en su vida está determinada por su fe en Él y en su Palabra.

Si usted realmente quiere ser feliz y tener éxito tendrá que empezar a creer que Dios tiene un plan para su vida y que Él hará que sucedan cosas buenas en su vida mientras usted deposita su confianza en Él. No necesitamos tener confianza en nosotros mismos; ¡necesitamos tener confianza en Jesús!

Yo tengo confianza en mí misma solamente porque sé que Cristo está en mí, siempre presente y listo a ayudarme en todo lo que intento hacer por Él. Un creyente sin confianza es como un avión parado en la pista pero sin combustible; se ve muy bien por fuera, pero no tiene poder. Con Jesús en nuestro interior tenemos el poder de hacer lo que no podemos hacer por nosotros mismos.


La mentira sobre la confianza en uno mismo

Todos hablan acerca de la confianza en sí mismos. Se ofrecen todo tipo de seminarios sobre la confianza, tanto en el mundo secular como en las iglesias. La confianza generalmente se refiere a la “confianza en uno mismo” porque todos sabemos que necesitamos sentirnos bien con nosotros mismos si es que alguna vez vamos a lograr algo en la vida.

Se nos ha enseñado que todas las personas tienen necesidad básica de creer en sí mismas. Pero ese es un concepto equivocado.

En verdad, no necesitamos creer en nosotros mismos, necesitamos creer en Jesús y que Él está en nosotros. Que no se nos ocurra sentirnos bien con nosotros mismos separados de Jesús.
Cuando el apóstol Pablo nos instruye a no colocar nuestra confianza en la carne (Filipenses 3:3), él quiere decir exactamente eso. No tenemos que tener confianza en nosotros mismos, ¡Tenemos que tener confianza en Dios!


Confianza en ser un individuo

En 1 Corintios 3:16-17, Pablo nos enseña que todos formamos un cuerpo aunque cada uno de nosotros es un miembro de ese cuerpo. En Romanos 12:4-6 dice casi lo mismo, pero de diferente manera. Esta es una verdad muy importante ya que vivimos una vida miserable y apagamos el poder de Dios en nosotros cuando tratamos de ser algo o alguien que no somos.

Si Él hubiese querido que fuésemos iguales, nos habría hecho iguales. En cambio nuestra exclusividad es tan importante para Él que hasta se llegó al extremo de darnos diferentes huellas digitales a cada uno. No es malo ser diferente. ¡Ese es el plan de Dios! Usted tiene que creer que es un individuo único, especial y valioso.


No trate de ser otra persona

Una de mis características es mi voz. La mayoría de las mujeres tienen voces suaves, dulces; pero la mía es profunda. Con mucha frecuencia, cuando alguien que no me conoce llama por teléfono, cree que ha atendido el hombre de la casa. No siempre me hacía sentir bien esa característica única; es más, me hacía sentir insegura.

Pensaba que mi voz era decididamente extraña. Cuando Dios me llamó para enseñar su Palabra y empecé a darme cuenta de que algún día podría estar hablando públicamente y hasta tendría un ministerio ¡me aterroricé! Pensé que iba a ser rechazada porque mi voz sonaba tan diferente de la manera como yo pensaba que debía sonar la voz de una mujer. Yo me comparaba con lo que se aceptaba como norma.

La gracia de Dios nunca estará disponible para que usted sea otra persona. Él lo creó a usted para que sea usted; el mejor usted que pueda ser. Olvídese de intentar ser otra persona. Eso es siempre un error, porque generalmente la persona que usted escoge para parecerse, la persona que “lo tiene todo”, no es como usted cree.

¡Sea usted mismo! ¡Usted tiene el derecho de ser usted mismo! ¡No permita que el diablo le robe ese derecho!
 

JOYCE MEYER

ELEGIDAS POR DIOS


 

Si seguimos siendo fieles a Dios, eventualmente llegaremos a donde Dios quiere que estemos.

Pablo nos dice sencillamente qué es lo que elige Dios, y por qué. Dice que elige lo que para el mundo es tonto, para avergonzar a los sabios; y lo que el mundo llama débil, para avergonzar a los fuertes.

Estoy tan contenta de que esto me indica que Dios deliberadamente me escogió a mí. No me obtuvo por casualidad. Nadie lo obligó a tomarme en este ministerio, porque no había nadie más que quisiera hacerlo.

Cuando Dios tuvo la idea de Life in The Word Ministries, buscó en el desastre más grande que pudiera encontrar, vio a alguien que lo amaba y tenía un corazón para Él, alguien que quería trabajar duro, alguien decidida, diligente y disciplinada. Yo no tenía un talento especial. Lo único que hago bien es hablar… pero hasta mi voz suena un poco rara.

La gente mira lo exterior, pero Dios mira el corazón. Su elección no se basa en el aspecto personal, la educación o las posesiones, y ni siquiera en nuestros talentos. Se basa en la actitud de nuestro corazón, y en si estamos dispuestos a cumplir apenas un puñado de requisitos para ser utilizados por Dios.

Tomado del libro: El poder de la determinación 

COMO SER RADICAL Y EXTRAORDINARIAMENTE BENDECIDO

 


Cada uno de nosotros esperamos recibir bendiciones. Queremos comida, ropa y una casa bonita para nuestras familias. Deseamos paz, gozo y amistad. Dios quiere esas mismas cosas para nosotros.

Pero Él puede darnos mucho más que únicamente lo suficiente para sobrevivir. Él tiene la habilidad de proveer para nosotros más allá de lo que podemos imaginarnos y puede bendecirnos radical y extraordinariamente. 

Considere estas palabras: Radical significa: “drástico o en extremo”. Extraordinario significa: “más allá de la razón, sin reservas, impresionante. Esa es la clase de bendiciones que Dios tiene para usted y para mí.

La Escritura confirma que Dios desea proveer para Su pueblo de manera extraordinaria. El Salmo 23:5 dice: ...unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. En Malaquías 3:10, Dios dice: probadme ahora en esto... si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Dios quiere proveer abundantemente y en maneras tan grandes que no podemos comprender.

CREYENDO LA PROMESA DE DIOS

¿Cómo tenemos acceso a las bendiciones radicales y extraordinarias? Efesios 2:10 nos da más entendimiento en cuanto a esto, explicándonos que Dios preparó de antemano una buena vida para nosotros. Usted y yo podemos tener esa vida únicamente si elegimos caminar en ella, si nos sometemos a Su voluntad para nosotros. La clave es la obediencia. 

Me es de gran ánimo leer sobre otros seguidores obedientes de Dios, como lo fueron Noé y Daniel. Noé obedeció a Dios construyendo un arca sin tener señales visibles de que lo que Dios le había dicho era verdad. También obedeció las otras instrucciones de Dios, como por ejemplo: mover dentro del arca a su familia junto a la manada de animales de par en par lo cual fue una tarea monumental. 

Después del diluvio las aguas bajaron y la bendición de Noé fue evidente: Tanto él como los demás habitantes del arca eran los únicos seres vivientes que quedaban en la tierra. 

Daniel también recibió bendiciones radicales de parte de Dios. Él fue llevado a la casa del rey para ser enseñado, estuvo de acuerdo con las restricciones de Dios, de que no comería ciertas comidas o haría ciertas cosas a pesar de que el rey le dijo que hiciera lo contrario. Daniel propuso en su corazón no contaminarse. 

Él pidió, que no se le obligase a comer de la porción de la comida del rey o beber del vino que se le sirviera. Hasta donde él sabía, podía morir si rehusaba ceder y desobedecer los deseos del rey, pero él tenía que hacer lo que creía era lo correcto. 

También, contrario a las instrucciones del rey, Daniel continuó orando a Dios y no al rey. ¿Qué bendiciones recibió Daniel por ser tan obediente? A cualquier lugar que fue, desempeñó un papel de liderazgo. Recibió favor ante todas las personas y ante todos los reyes. Tenía sabiduría, conocimiento, y podía interpretar sueños. Ahora bien, esa es ¡una bendición radical y extraordinaria!

SEMBRANDO SEMILLAS RADICALES
 
Primero, debemos aprender a escuchar la voz de Dios claramente. No puede obedecer a Dios si no sabe cómo escucharlo y nosotros tenemos un derecho comprado con sangre de ser dirigidos por Él. Dios nos habla de muchas maneras, a través de la naturaleza, el sentido común y la mayoría de las veces por medio de Su PALABRA. También nos dirige por medio de esa voz apacible y delicada de Su Espíritu en nosotros. Ésta es una de las maneras más comunes para escuchar de Él. 

Una vez que usted comienza a reconocer Su voz, puede elegir a obedecerlo. Sin embargo, para oír de Él, es necesario estar callados y quietos. Necesitamos silencio tanto en nuestro interior como en nuestro exterior para poder oír esa voz apacible. Algunas veces la única forma de lograr ese silencio es apagando el timbre de nuestro teléfono, salir de la casa, o encontrar un lugar tranquilo.

POR JOYCE MEYER

¿TE TIENE ATRAPADA EL ESTRES?

 

Creo que podemos vivir libres del estrés en un mundo estresante, pero eso requiere de ciertas decisiones -algunas son decisiones radicales.
En el mundo tendréis aflicción; Pero confiad, yo he vencido al mundo.
(Juan 16.33)

El estrés está aumentando en el mundo de hoy. Las buenas noticias son que, aunque los cristianos estamos en el mundo, no somos del mundo (Juan 17.11,14). No tenemos que funcionar de acuerdo con el sistema del mundo -pensar, hablar, o actuar como el mundo-, y no lo debemos hacer. De hecho, nuestra actitud y nuestro enfoque acerca de las situaciones de la vida deben ser muy distintos a los del mundo.

La fuente de nuestro estrés no son nuestras dificultades, circunstancias, Y situaciones, sino nuestra actitud y nuestro enfoque, acerca de ellas.Jesús dijo que las dificultades vendrían, pero no tienen que afligirnos. No debemos aceptar el estrés que nos ofrecen. Tenemos el privilegio de mirar los desafíos de la vida diaria desde una perspectiva calmada y tranquila.

Creo que podemos vivir libres del estrés en un mundo estresante, pero eso requiere de ciertas decisiones -algunas son decisiones radicales.
Permite que el Espíritu de Dios te guíe desde una vida caracterizada por el estrés a una vida de paz Y gozo. Cambia tu actitud y enfoque, y Dios cambiará tus circunstancias en el tiempo debido.

Di esto:
"Decido recibir la gracia (le Dios hoy para ayudarme a vivir libre del estrés, aun en medio de un mundo lleno de estrés."

DETEN TU YO EMOCIONAL

Como cristianos, en lugar de concentrarnos en como nos sentimos, debemos concentrarnos en lo que sabemos que es verdadero, según nos enseña la Palabra de Dios.  

Recuerdo aquellos años en que solía ser una “cristiana yo-yo”, como suelo llamarlo. Siempre tenía altibajos. Si mi esposo Dave hacía lo que yo quería, entonces me sentía feliz.

Pero si hacía lo que yo no quería, entonces enloquecía. Me dejaba llevar por mis emociones, en lugar de permitir que obrara el Espíritu Santo en mí.

Más que cualquier otra cosa, los creyentes me dicen cómo se sienten: “Siento que nadie me ama”, o “siento que mi cónyuge no me trata bien”, “siento que jamás seré feliz” “siento…siento…siento…”, es algo continuo.

Dios quiere que maduremos y sepamos que nuestras emociones no desaparecerán, por lo que debemos aprender a manejarlas y dominarlas en lugar de permitir que nos dominen.

Tenemos que ejercer el auto dominio y decirle a nuestra carne que esté en línea con lo que está bien, en lugar de con lo que desea.

Debemos persuadirnos a nosotros mismos de que no podremos decir todo lo que queremos decir, comer todo lo que queremos comer, quedarnos despiertos todo el tiempo que queramos, o levantarnos cuando se nos plazca.

Por el poder del Espíritu Santo, Él nos ayudará a dejar de vivir según nuestras emociones, nos enseñará a ser estables.

Tomado del libro: El poder de la determinación
Joyce Meyer

TOME SU TIEMPO PARA ESCUCHAR

 
 

Es interesante que Jesús era muy paciente con las personas y se tomaba el tiempo para escuchar sus historias. 

No tenía mucha prisa; no trataba de ver qué tan rápidamente se podía deshacer de alguien para atender a otra persona de más importancia, o cómo podía hacer lo que Él quería. No, Él se tomaba el tiempo para escuchar las luchas de cada persona, y hacía lo necesario para suplir sus necesidades.

Si sólo nos tomáramos el tiempo para oír a las personas, a veces podríamos ayudarles a iniciar un proceso de sanidad en sus vidas. Hay tantas personas dolidas que no tienen con quién platicar porque ya no confían plenamente en nadie. 

Si usted pudiera abrir su corazón a la compasión y ser amigo de esa persona – sin juzgar ni condenar – y sólo prestar oído, es posible que le ayudaría a levantar un peso muy grande. No hace falta tener todas las respuestas, sólo hace falta ponerles atención y cuidado. 

Aprender a escuchar puede ayudar más a cambiar la vida de una persona necesitada que mucho consejo o instrucción. 

Hace poco llegó conmigo un hombre que comenzó a platicarme su problema – con gran detalle. No dejaba de hablar, y varias veces intenté interrumpir su monólogo para darle mi consejo, pero no me daba entrada. Pensé: Tengo un excelente consejo y un versículo bíblico que le ayudarán. Sé precisamente lo que debe hacer. 
 
Por más que quería, no lograba decir ninguna palabra. Mi oportunidad nunca se presentaba hasta que al fin el hombre terminó de contarme su problema, y justo cuando le iba a compartir de mi gran sabiduría, dio un suspiro muy grande y dijo: “Me siento mucho mejor, Dios me acaba de decir lo que debo hacer”. Luego se dio la media vuelta, ¡y se marchó! Casi lo persigo de tan desilusionado que estaba. 

Pero me di cuenta que a él no le hacía falta mi profunda sabiduría; él no requería saber cuál era mi solución a su problema ni necesitaba mi consejo; él sólo necesitaba mis oídos para escucharle. 

Debemos aprender a escuchar mejor porque Dios puede hablarle a alguien mientras se encuentran platicándole a usted su problema. No sea tan pronto al dar su opinión, y sea sensible a lo que realmente necesita la persona a la que quiere ayudar. 

En demasiadas ocasiones, lo que verdaderamente deseamos es hacerles callar, darles una palabrita de ánimo, un versículo que más o menos sea apropiado y una oración de quince segundos para poder continuar nuestro camino, pero Dios quiere que tomemos tiempo para las personas, para escuchar lo que tienen en su corazón, para demostrarles que nos importan y que en realidad queremos ayudarles. 

JOEL OSTEEN