por Enrique Monterroza
¡Que astuto es el enemigo!, y es que se necesita de mucha astucia para hacernos creer tantas cosas que no son ciertas.
Hay algo que debemos tener muy claro y
es que todos pecamos y cada día nuestra naturaleza pecaminosa nos
orienta a buscar el pecado, la diferencia desde el día que le entregamos
nuestra vida a Cristo es que ya no vivimos para satisfacer ese deseo
carnal de pecado, sino que para negarnos a nosotros mismos y vivir para
Dios.
Teniendo en cuenta esto, y que todos
somos fácilmente seducidos por el pecado, debemos tener cuidado cuando
nos detenemos a escuchar la voz del enemigo de nuestras almas quien es
un experto en acusarnos y culparnos por cada cosa por mínima que
parezca.
Es muy común saber de personas que no
pueden alcanzar la felicidad aun en los caminos de Dios porque el
enemigo los hace sentir culpables por tener deseos pecaminosos en su
mente.
Creo que pensamientos negativos todos tenemos y muchos los tenemos diariamente, pero la Biblia
nos da las claves para vencer esta situación. Dios no nos va a juzgar
por pensar mal, es parte de nuestra naturaleza pecaminosa, por eso el
Apóstol Pablo nos da un consejo para ayudarnos a revertir esta situación: “Por
lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo
justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si
hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”
Filipenses 4:8 (Reina-Valera 1960).
¿Qué pensamientos son los que están
debilitando tu vida espiritual?, ¿Qué es lo que el enemigo esta usando
para hacerte sentir culpable y no perdonado?
El enemigo es muy astuto y buscará
cualquier situación por mínima o insignificante que parezca para
acusarte, para hacerte sentir inmerecedor de Dios, para hacerte sentir
sucio, hipócrita y en ocasiones hasta introducirá en tu mente el
pensamiento de que Dios ya esta cansado de ti, sin embargo nada de eso
es cierto, Dios nunca se cansa de nosotros, al contrario cada día
renueva su misericordia sobre nuestras vida, extiende sus brazos para
que vayamos a Él y podamos vencer cualquier situación, pues Él a
prometido estar con nosotros cada día de nuestra vida.
La Biblia es clara en decirnos que el mal solamente lo podemos vencer con el bien: “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.” Romanos 12:21 (Reina-Valera 1960). En pocas palabras lo malo querrá vencernos diariamente, pero podemos vencerlo a través del bien.
Hoy podemos comenzar a vencer esos pensamientos negativos, ¿Cómo?, primero, empapándonos de Dios, buscándolo en oración todos los días para que nuestra vida y nuestra mente se llene de Él; segundo, leyendo diariamente su Palabra para que en nuestra mente reproduzca esos versos que tanto nos ayudan espiritualmente y tercero teniendo conciencia que el único que realmente puede acusarnos es Dios y su tarea no es acusar, sino perdonar y restaurar.
Es hora que nos demos cuenta que esos pensamientos
negativos que están constantemente atacándonos y haciéndonos sentir mal
no provienen de Dios y toda voz que no provenga de Dios no tenemos
porque creerla, no tiene porque afectarnos, no tiene porque
desanimarnos.
Es hora que seamos muy inteligente en
detectar que voces estamos escuchando y si esa voz en lugar de animarte
te desanima entonces NO ES DE DIOS, por lo que estas perdiendo tu tiempo en escucharla, en su lugar busca de Dios y toma como tuya cada palabra escrita en la Biblia que lejos de desanimarte te anima a vivir una vida santa y digna para Dios.
En el camino vamos a fallar, en
ocasiones tropezaremos muy fuerte, sin embargo Dios jamás nos acusara,
nos menospreciara o nos hará sentir inservibles, al contrario, el
siempre nos perdonara, nos dará valor y restaurará nuestra vida porque
nos ama con un amor que es perfecto y eterno.
Tú no eres poca cosa, tú eres muy
valioso o valiosa para Dios, no tienes porque seguir creyendo las
mentiras del enemigo, en su lugar cree sin dudar las verdades de Dios
que se encuentran en su Palabra y entonces comprenderás que lejos de
acusarte o desecharte, Él quiere perdonarte y restaurarte.
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