La Aceptación es una necesidad fundamental para tener un matrimonio saludable!
La Aceptación es una de esas necesidades
y significa entender que tu cónyuge tiene una identidad propia que esta
determinada por su temperamento, su cultura, su educación y el medio
ambiente en el que se desarrolló, entre otras.
Todos los seres humanos tenemos la
necesidad de sentirnos aceptados.Lo contrario es el rechazo e implica
una manifestación de no aceptación que genera juicio, crítica, malestar,
enojo, resentimiento y baja autoestima.
En el matrimonio ambos deben aceptarse tal como son con sus virtudes y defectos.
A partir de la aceptación mutua, se
puede y se debe trabajar para mejorar ayudándose mutuamente.
Muchos
cónyuges no recibieron esta manifestación de amor en sus hogares y se
sintieron rechazados por alguno de sus padres y muchas veces por los
dos, aunque de manera generalmente inconsciente.
No obstante esta falta de aceptación la
arrastran al matrimonio. Al inicio de la vida conyugal no se manifiesta
por cuanto en la etapa del enamoramiento si se sienten aceptados. El
problema sale a la luz cuando pasada esa etapa comienzan las quejas, las
actitudes despectivas, la indiferencia y las ofensas.
En el matrimonio es completamente normal
que los cónyuges sean diferentes o muy diferentes. Lo contrario es poco
común, ya que en las relaciones de pareja ocurre lo mismo que en las
leyes de la física, polos opuestos se atraen y polos iguales se repelen.
La idea es que sean complementarios.
Entonces los cónyuges deben entender que en la relación matrimonial
cada uno tiene que aportar sus dones y virtudes que van a ayudar a su
cónyuge y viceversa. Siempre hay un cónyuge más activo que el otro y
siempre hay uno más pasivo que el otro. Entonces el más activo debe
entender que ese será uno de sus aportes al matrimonio de por vida y a
su cónyuge probablemente le tocará activar la paz.
Colosenses 3: 12-15:
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable
misericordia, de bondad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia.
Soportaos unos a otros y perdonaos unos a otros, si alguno tiene queja
contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo
vosotros. Sobre todo, vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la
paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis
llamados en un solo cuerpo. Y sed agradecidos.
Para disfrutar de un matrimonio
saludable es imprescindible que nos aceptemos mutuamente y trabajemos
cada uno por nuestra parte para que nuestra respuesta a las actitudes de
nuestro cónyuge que nos molestan, sean bondadosas, humildes y
pacientes. Y por otro lado entender que nuestras fortalezas son nuestro
aporte al matrimonio y nuestras debilidades son las que necesitamos que
nuestro cónyuge nos ayude a manejar.
Tómese unos minutos para meditar en esta
enseñanza y luego siéntese a hablar con su cónyuge acerca de las
fortalezas y debilidades de cada uno y como se pueden complementar para
ayudarse mutuamente y lograr tener un matrimonio saludable y agradable.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro mas valioso que Dios te ha dado. Cuídalo!
Luis y Hannia Fernandez.
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