Debe comenzar a declarar la bondad de Dios en su vida. Declare
confiadamente: “El rostro de Dios está resplandeciendo sobre mí, y Él
desea ser bueno conmigo”. Eso no es jactarse, así es cómo Dios dice que
seremos bendecidos, cuando empecemos a declarar su bondad.
Permíteme hacer algunas declaraciones a su vida:
- Declaro que usted es bendecido con la sabiduría sobrenatural de Dios, y que tiene una dirección clara para su vida.
- Declaro que es bendecido con creatividad, con valentía, con habilidad y con abundancia.
- Declaro que es bendecido con una voluntad fuerte y con autocontrol y disciplina propia.
- Declaro que es bendecido con
una magnífica familia, con buenas amistades, con buena salud y con fe,
con favor, con satisfacción y realización.
- Declaro que es bendecido con éxito, con fuerza sobrenatural, con ascensos y con protección divina.
- Declaro que es bendecido con un corazón obediente y con una actitud positiva de la vida.
- Declaro que cualquier
maldición que jamás se haya hablado sobre usted, cualquier palabra mala
o negativa dicha en contra suya, será rota ahora mismo.
- Declaro que es bendecido en la ciudad; es bendecido en el campo; es bendecido cuando entra; es bendecido cuando sale.
- Declaro que todo lo que hagan sus manos prosperará y saldrá bien.
- ¡Declaro que es bendecido!
Le animo a recibir estas
palabras y a que las medite; permita que penetren en lo profundo de su
corazón y su mente y se hagan una realidad en su vida. Practique hacer
algo parecido con su familia. Aprenda a hablar bendiciones sobre su
vida, sus amigos, su futuro. Recuerde que una bendición no es una
bendición hasta que es hablada. Si usted hace su parte y comienza a
hablar audazmente las bendiciones sobre su vida y las vidas de los que
le rodean, Dios le proveerá de todo lo que necesita para vivir la vida
abundante que Él quiere que tenga.
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