Tal vez no se ha fijado qué egoísta es andar siempre
pensando en sus problemas, siempre viendo lo que usted necesita y
quiere, sin ver las muchas necesidades que tienen las personas que se
encuentran a su alrededor. Una de las mejores cosas que puede hacer si
usted está teniendo algún problema es ayudarle a alguien a resolver el
suyo.
Si usted quiere que sus sueños
se realicen, ayude a alguien a hacer realidad los suyos. Comience a
sembrar algunas semillas para que Dios le pueda traer una cosecha porque
cuando nosotros suplimos las necesidades de otras personas, Dios
siempre suple las nuestras.
Conocí a un hombre hace poco
que se encontraba a disgusto en extremo con su vida, estaba
desilusionado de Dios y de sí mismo porque aunque había tenido mucho
éxito, debido a una serie de malas decisiones, había perdido su
negocio, su familia, su casa y todos sus ahorros y ahora estaba
básicamente viviendo en su automóvil.
Se encontraba profundamente
deprimido, así que intenté animarle y entusiasmarle. Al terminar mi
oración por él, le di un consejo práctico: “Oiga, señor, tiene que
quitar su mente de sus problemas”, le dije, “si usted quiere estar
realmente feliz, si de veras quiere ser restaurado, tiene que cambiar
su enfoque y salir a ayudar a otra persona necesitada; tiene que
sembrar algunas semillas”.
“Usted sabe que por muy grande
esté su problema hoy, alguien tiene un problema más grande, ¿verdad?
Usted puede hacer la diferencia en la vida de alguien porque usted
puede aligerar la carga de otro, puede alegrar a alguien, y puede
infundirles con nueva esperanza”.
El hombre prometió tomar mi
consejo y se juntó con un grupo de hombres en Lakewood que ayudan a las
personas a vencer adicciones. En lugar de quedarse todo triste en su
carro, pensando en el gran fracaso que había vivido, comenzó a pasar su
tiempo ayudando en el cuidado de esos drogadictos. Se hizo amigo de
varios de ellos, escuchando sus luchas, animándolos, orando por ellos y
retándolos a creer en una vida mejor. Él se convirtió en un dador.
Se apareció en la iglesia unas
semanas más tarde, y nunca olvidaré verlo caminar por la entrada de la
iglesia: Se veía radiante de gozo, tenía una sonrisa de un lado a otro.
Le dije: “Oye, te ves muy bien. “¿Qué está pasando?”
Él me dijo: “Joel, he pasado
las últimas dos semanas cuidando a algunos adictos a la cocaína, y
nunca he sentido tanto gozo en toda mi vida”. Se limpió las lágrimas y
continuó: “Nunca me he sentido tan realizado, he vivido toda mi vida
viviendo para mí mismo, avanzando en mi carrera, haciendo lo que yo
quería hacer, cualquier cosa que pensaba que me traería alegría, pero
ahora veo lo que verdaderamente es importante”.
Fuimos creados para dar, no
sólo complacernos a nosotros mismos, y si se pierde de esa verdad, se
perderá de la vida abundante, rebosante, y llena de gozo que Dios tiene
para usted.
Se me hizo muy interesante
cuando mi nuevo amigo me contó cómo alguien le había ofrecido un
trabajo esa misma semana, y se estaba mudando a un departamento. Y me
siguió diciendo de todo lo maravilloso que le había sucedido en las
semanas desde que se había convertido en un dador en lugar de alguien
que siempre recibe, y todo comenzó cuando quitó su mirada de sí mismo y
se puso a ayudar a otras personas.
Cuando usted se extiende a
otras personas necesitadas, Dios se asegurará que sus propias
necesidades sean suplidas. Si hoy se siente solo, no se quede allí
sentado, salga a ayudar a otra persona sola.
Si está desanimado, no se fije
en su necesidad, deje de pensar en sí mismo y vaya a ayudar a suplir la
necesidad de otra persona visitando un asilo para ancianos o un
hospital de niños. Hable por teléfono con un amigo y anímele; usted
tiene que sembrar semilla para que Dios le traiga una cosecha.
Si usted está creyendo que su
hijo vendrá a los pies del Señor, vaya y ayude al hijo de otra persona a
desarrollar una relación con Dios. Si está batallando en sus finanzas,
vaya y ayude a otra persona que tiene menos que usted.
Usted puede decirme: “Joel, yo no tengo nada
para dar”. ¡Claro que sí tiene! Puede dar una sonrisa, o un abrazo;
puede cortar el pasto y arreglarle el jardín a alguien; puede hacerle
un pastel a otra persona; puede visitar a un enfermo en el hospital o
en un asilo de ancianos; puede escribirle una carta de ánimo a un
amigo.
Alguien necesita lo que usted tiene para compartir; alguien necesita su sonrisa; alguien necesita su amor; alguien necesita su amistad; alguien necesita su ánimo. Dios no nos creó para funcionar como el “Llanero Solitario”, nos creó para ser libres, pero no fue su intención que nosotros nos independizáramos los unos de los otros. En verdad, todos nos necesitamos los unos a los otros.
FUENTE: JOEL OSTEEN
Alguien necesita lo que usted tiene para compartir; alguien necesita su sonrisa; alguien necesita su amor; alguien necesita su amistad; alguien necesita su ánimo. Dios no nos creó para funcionar como el “Llanero Solitario”, nos creó para ser libres, pero no fue su intención que nosotros nos independizáramos los unos de los otros. En verdad, todos nos necesitamos los unos a los otros.
FUENTE: JOEL OSTEEN
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