Enlaces

viernes, 31 de mayo de 2013

SORÍE PARA QUE TU SALUD MEJORE

 

Es un hecho científico que si vive con una actitud negativa, siempre sintiendo mucho estrés, preocupado y lleno de temor, su sistema inmunológico se debilitará, y quedará más susceptible a las enfermedades y los padecimientos. Los científicos han descubierto que cada persona desarrolla algunas células cancerosas en su cuerpo cada semana, pero en el tremendo sistema inmunológico que Dios nos ha dado, tenemos células que llamamos “células erradicadoras”. 

Estas células tienen un diseño creado específicamente para atacar y destruir células anormales. Hay estudios que nos muestran que el temor, la preocupación, la ansiedad, el estrés y otras emociones negativas debilitan, literalmente, esas células erradicadoras. En otras palabras, si usted pasa su vida estando siempre estresado, debilitará su sistema inmunológico, y será más susceptible a enfermedades y padecimientos. 

Sin embargo, las personas que viven contentas, con una actitud y manera positiva de ver las cosas, las que se ríen con regularidad, desarrollan más de estas supercélulas, que la persona normal. ¡Imagínese! Cuando está lleno de gozo, su sistema inmunológico funciona a su mayor potencia, justo como Dios lo diseñó. La Biblia dice que “el corazón alegre constituye buen remedio…” Y esa escritura es confirmada cada día por la ciencia moderna. 

Uno de los hábitos más saludables que puede fomentar es el de aprender a sonreír más seguido. Cuando sonreímos, le mandamos un mensaje al cuerpo entero que marca el paso para toda nuestra vida. Estudios científicos nos dicen que al sonreír, ciertos químicos se producen en todo nuestro cuerpo y afectan todo nuestro sistema, relajándonos y ayudándonos a mantenernos saludables. Ya sea que tenga un motivo para sonreír o no, haga la decisión que usted sonreirá de todos modos. 

Un día me encontraba en la entrada principal de Lakewood Church y llegó a mí un niño con una expresión seria en su carita. Me miró de arriba para abajo, y dijo: “Quiero saber algo de ti”.
“Está bien”, le respondí. “¿Qué quieres saber?”

Sin titubear, el niño replicó: “Quiero saber porqué sonríes tanto”. Lo dijo con tanta severidad que me dio la impresión de que estaba mal que yo sonriera tato. 

Sin embargo, le contesté: “Bueno, sonrío porque soy una persona alegre. ¿Tú sonríes muy seguido?”
El pequeño lo pensó y dijo: “Sólo cuando como helado”. Muchos adultos son como este niño, y sólo sonríen cuando la vida es dulce y cremosa, pero si pudieran alegrarse un poco Dios podría hacer un milagro en su vida. 

Aprenda a reír, y deje de estar tan estresado y amargado. Una actitud relajada no sólo alargará su vida, sino que la hará mucho más agradable. Con eso tenemos para dejar de quejarnos y comenzar a regocijarnos. 

Entre más le agradece a Dios por lo que tiene, más le dará lo que aún no tiene. Pablo dijo: “…he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación”. Se da cuenta que Pablo tuvo que aprender a estar contento, así como también aprendió cómo mantenerse lleno de gozo pues éstas no son reacciones normales ni automáticas. Pablo tuvo que tomar la decisión que resultó en tener contentamiento. 


FUENTE: JOEL OSTEEN

No hay comentarios:

Publicar un comentario